Tomas Oral ya no es entrenador del Grasshopper Club Zürich. Ha alcanzado el objetivo que se había marcado con el club tradicional.
Cuando Oral se hizo cargo del GC el pasado mes de noviembre en sustitución de Marco Schällibaum, el club más laureado de Suiza en liga y copa estaba prácticamente hundido. Como penúltimo en la tabla, el descenso no parecía un escenario inimaginable.
El técnico de 52 años, natural de Ochsenfurt, se arremangó y sacó al Grasshoppers del bache. En la última jornada de la ronda de descenso, el equipo de Zúrich superó al Yverdon en un dramático final de temporada y se salvó en la repesca.
Desde el principio hubo una misión clara
Con un 4-0 y un 0-1 contra el FC Aarau, segundo clasificado de la segunda división, el GC finalmente consiguió a finales de mayo el billete para otra temporada en la máxima categoría del fútbol suizo. «Llegué al GC con una misión clara desde el principio: asegurar la permanencia. Estoy orgulloso de haberlo conseguido», declaró Oral el sábado, día de su despedida, y agradeció la confianza depositada en él.
Alain Sutter, exjugador de la Bundesliga en el Bayern, Núremberg y Friburgo, comentó la decisión como director deportivo del club: «Tomas ha hecho un trabajo excelente en una fase difícil. Rápidamente lo he conocido como un entrenador fuerte y una persona muy agradable», dijo el hombre de 57 años, refiriéndose a importantes victorias bajo la dirección de Oral, como el 5-0 contra el Yverdon, el 2-0 contra el St. Gallen o la clara victoria por 4-0 en el partido de ida de la eliminatoria contra el Aarau.
Renovación completa e impulso renovado
Sin embargo, para la próxima temporada, el GC quiere «empezar con una nueva orientación deportiva, que incluye una renovación completa de los puestos clave y un impulso renovado». A pesar de la separación, Sutter afirma que sigue habiendo «un gran respeto» por Oral. Aún se desconoce quién será el sucesor de Oral. Sin embargo, ya se conoce al primer rival de la nueva temporada: el 26 de julio, el Grasshopper recibirá al FC Lucerna en el Letzigrund y espera comenzar con buen pie una temporada sin preocupaciones.
