Una larga y agitada jornada de la WWE en Los Ángeles termina con un momento de cuento de hadas: la liga revoca la (¿supuesta?) separación de uno de los favoritos del público y le permite decidir el combate principal.
«Anything can happen in the WWF»: el eslogan publicitario de hace décadas de la liga de lucha libre conocida hoy como WWE vuelve a hacerse realidad.
Al final de un día lleno de acontecimientos en la WWE en la metrópoli de Los Ángeles, que actualmente es el centro de atención mundial por otros motivos, la promoción sorprendió a sus fans con un regreso memorable en el gran evento Money in the Bank.
En el combate principal del espectáculo anual, el campeón de la WWE John Cena y la superestrella de las redes sociales Logan Paul se enfrentaron al campeón mundial Jey Uso y al antiguo campeón Cody Rhodes.
Cena, que se encuentra al final de su carrera y lleva varios meses en un papel poco habitual como archienemigo, estaba a punto de conseguir una vez más una victoria injusta por puntos sobre su rival Rhodes, al derribarlo con su cinturón de campeón.
Sin embargo, antes de que Cena pudiera sacar provecho de su sucia acción, apareció en escena una persona encapuchada, derribó a Cena y lo noqueó con el cinturón.
Bajo las miradas murmuradas del público, la persona reveló su identidad: era el veterano favorito del público Ron Killings, alias R-Truth, cuya carrera en la WWE parecía haber llegado a su fin tras 17 años, 26 en total. Killings se retiró rápidamente, mientras Rhodes aprovechaba la oportunidad para inmovilizar a Cena con su movimiento especial Cross-Rhodes y volver así a la carrera por el título que perdió injustamente en WrestleMania hace dos meses.
WWE revoca la decisión tras la revuelta de los fans
Para quienes no se hayan enterado: hace solo siete días se supo que Killings, de 53 años, debía abandonar la empresa para la que trabajaba desde hacía muchos años. El propio Killings habló de despido, y los medios informaron de que la WWE no quería renovar el contrato de Killings, que estaba a punto de expirar, al igual que le había ocurrido en esos mismos días a Carlito y Valhalla (Sarah Logan).
Sin embargo, en el caso de Killings, que en mayo había disputado lo que parecía ser su último combate contra la superestrella y compañero Cena, se produjo una revuelta de los fans: a través de las redes sociales, en los programas de televisión de esta semana y también el domingo, muchos seguidores corearon repetidamente «¡Queremos la verdad!» y exigieron la retirada de la salida de Killings.
La campaña, que se llevó a cabo de forma muy ruidosa, no pasó desapercibida para Paul Levesque, responsable de las decisiones creativas y de personal de la liga desde la salida de Vince McMahon, y para los demás altos cargos de la WWE, aunque Levesque dio la impresión, tras el programa, de que todo había sido un plan maestro.
Triple H: «Todo es parte del espectáculo» – Killings: «No es trabajo»
En la rueda de prensa posterior al espectáculo, se le preguntó a Levesque si Killings debería haberse ido realmente. La respuesta de Levesque: «Me encanta esa pregunta. ¿Han disfrutado del espectáculo? Todo es parte del espectáculo».
Levesque sugirió así que la salida de Killings había sido desde el principio una maniobra engañosa y que la liga había burlado a todos los aficionados y observadores profesionales del sector. Una impresión más agradable que la de que los altos mandos hubieran subestimado lo mucho que Killings sigue en el corazón de los aficionados y quisieran darle un final frío e indigno al favorito de tantos años.
Curiosamente, el propio Killings no dejó las cosas así: «No es un trabajo», escribió más tarde en X en respuesta a un comentario de un fan que daba por hecho lo contrario.
En cualquier caso, lo que es seguro es que la semana pasada quedó claro que los fans de la WWE aún no han tenido suficiente de R-Truth, y la liga está aprovechando esto a gran escala: en la tienda oficial ya se ha lanzado una nueva camiseta para fans, que se anuncia de forma destacada, curiosamente con el nombre real de Killings en lugar de «R-Truth».
Seth Rollins es Mr. Money in the Bank
Los acontecimientos ya se habían precipitado durante una larga jornada de la WWE: en Los Ángeles, actualmente en los titulares por las protestas contra una gran campaña de deportaciones del Gobierno del presidente de los Estados Unidos (y miembro del Salón de la Fama de la WWE) Donald Trump, la WWE organizó el sábado dos grandes eventos.
Antes de Money in the Bank, por la tarde tuvo lugar el espectáculo When Worlds Collide, organizado por la WWE junto con la recién adquirida liga mexicana AAA: en un combate principal excepcional, el excepcional luchador El Hijo del Vikingo defendió su título contra la estrella de la WWE Chad Gable, que también participó unas horas más tarde en el combate por el título de Money in the Bank.
Como era de esperar, el combate se lo llevó por segunda vez después de 2014 Seth Rollins, que derrotó al alter ego enmascarado de Gable, El Grande Americano, al mexicano Andrade, a LA Knight y a Solo Sikoa.
Al final, los aliados de Rollins, Bron Breakker y Bronson Reed, así como Jacob Fatu y JC Mateo (antes Jeff Cobb), envueltos en una historia con Sikoa, se mezclaron en el combate. Mientras Breakker y Reed ayudaban a su maestro Rollins, el campeón estadounidense Fatu se volvió contra Sikoa y le costó la posible victoria, en venganza por haberle insultado a sus espaldas el viernes en SmackDown, llamándole «secua sin cerebro», y Fatu se había enterado.