El FC Arsenal podría haberse acercado aún más al Liverpool, pero los Gunners tropezaron contra unos Hammers sólidos. Al final, una escena poco meditada marcó la diferencia.
Sin Havertz y Gabriel Jesus, lesionados, el delantero centro del Arsenal se llamaba en realidad Merino contra el West Ham: el centrocampista ya había marcado un doblete contra el Leicester con un estilo de delantero.
El plan de los Gunners, que dominaban el balón, estaba claro desde el principio: pases altos a Merino, que también sabe controlar bien el balón. Sin embargo, el plan de sus rivales también se basaba en esto: el West Ham se mantuvo estable en un principio sin estar demasiado atrás, tocó el hormigón en caso de necesidad y lanzó algún que otro golpe de precisión. En Soucek (18, 34) también tenían un especialista en cabezazos.
Calafiori en el centro de atención por delante y por detrás
La sólida defensa del rival del Arsenal apenas creó peligro. A mediados de la primera parte hubo una fase de presión de varios minutos, pero sin ocasiones de gol. La mejor oportunidad del Arsenal fue un remate directo de Calafiori (35) que fue bloqueado, y que volvió a ser protagonista poco antes del descanso.
Tras una pérdida de balón de los Gunners, los Hammers contraatacaron, y Calafiori dejó un centro demasiado flojo para Wan-Bissaka. En el centro no había ningún jugador del Arsenal junto a Bowen, que cabeceó sin problemas desde pocos metros (44′). Un pequeño susto para el descanso.
El Arsenal tenía que mejorar en ataque, ya que el equipo de Mikel Arteta no puede permitirse perder puntos en la carrera por el título contra el Liverpool. Pero al favorito le costó. El West Ham defendió con enorme disciplina y casi consigue el segundo tanto: Bowen falló por muy poco en el área (56′).
Lewis-Skelly se va expulsado a los pocos minutos
Arteta hizo dos cambios antes de la hora de juego, entrando Zinchenko y Lewis-Skelly. Con ellos, el Arsenal se mostró algo más decidido y creativo (Trossard, 63′), mientras que el West Ham dejó de ser ofensivo por un tiempo. Entonces llegó un momento clave: Lewis-Skelly cometió una falta sobre Kudus en la línea central, pero Raya estaba muy lejos de su portería. Así, el comodín evitó una clara oportunidad de gol y vio la roja tras la intervención del VAR (73′).
La expulsión acabó con el Emirates, y con el equipo de Arteta en cierta medida. A partir de entonces, el Arsenal empezó a jugar con poca confianza, poca creatividad y poca contundencia. Por cierto, el delantero centro Merino desapareció por completo.
Sterling, que había salido del banquillo, desaprovechó una oportunidad de tiro libre (85.), y White, que había vuelto al campo, tuvo una gran oportunidad de al menos empatar en el tiempo de descuento, pero le faltaron centímetros (90.+6).
Así, con el mismo número de partidos, el Arsenal vuelve a estar ocho puntos por detrás del Liverpool, que juega el domingo por la noche contra el Manchester City. La primera derrota de la liga desde principios de noviembre (0-1 en Newcastle) fue un duro golpe para el perseguidor.