Turquía domina la escena europea de Valorant, mientras que Alemania se queda atrás. El comentarista Marvin Wild analiza por qué es así y qué es lo que hace que la escena DACH sea única a pesar de todo.
Dos equipos ascendidos, ambos de Turquía: el Challengers Türkiye: Birlik celebra un doblete. ¿Y la región DACH? Un equipo, dos derrotas y un regreso a casa prematuro. Mientras ULF Esports y BBL PCIFIC celebran, FOKUS tiene que ver cómo otros dos equipos turcos se aseguran una plaza en el VCT.
Es solo una de las pruebas de que, en lo que respecta a Valorant, Turquía está haciendo muchas cosas bien. Con 14 jugadores, el país es actualmente la facción más grande de la VCT. Ninguna otra nación le sigue el ritmo. Y no son solo seguidores: estrellas como Emir «Alfajer» Beder (Fnatic), Mert «Wo0t» Alkan (Team Heretics) o Burak «LewN» Alkan (BBL Esports) juegan con sus equipos en la élite mundial.
Un modelo a seguir que marcó una liga
El comentarista Marvin «headshinsky» Wild ha seguido la escena europea de Valorant desde el primer día y ha estado presente en muchas ocasiones en las que los equipos de la región DACH han caído derrotados ante Turquía. Para él, hay un nombre clave: «Creo que Mehmet «cNed» Ipek ha sentado las bases para que tanta gente se interese por Valorant».
El joven de 23 años ganó el primer torneo de campeones con Acend en 2021 y se coronó como el primer campeón mundial de los eSports, en pleno apogeo de Valorant, convirtiéndose rápidamente en un ídolo. El efecto bola de nieve sigue rodando hasta hoy: los jugadores jóvenes emulan a «cNed» y se convierten ellos mismos en modelos a seguir. El resultado: una liga en la que la temporada pasada jugaron exclusivamente profesionales turcos y que impulsó el desarrollo de la escena nacional. Sin importaciones.
En la liga DACH, sin embargo, la situación es diferente: 23 alemanes, un austriaco y el resto de jugadores extranjeros. ¿Una cuestión de talento? Quizás. En cualquier caso, es una cuestión de dinero: los jugadores de Europa del Este o Turquía suelen cobrar menos salario para poder jugar a tiempo completo. A esto se suma a menudo la experiencia internacional, que eleva el nivel de la liga y que los talentos nacionales no tienen. Pero eso no tiene por qué ser una ventaja. «Las organizaciones turcas saben que su nivel de juego es muy alto», afirma Wild. Por eso apuestan sistemáticamente por el talento local, y lo hacen con un éxito duradero.
¿Tiene DACH un problema de mentalidad?
Además de los modelos a seguir y la estructura, Wild ve una tercera diferencia: la mentalidad. «He oído de varias fuentes que la mentalidad de los jugadores de DACH es bastante mala. Que solo se preocupan, en lugar de esperar con ilusión los próximos partidos emocionantes».
Aunque admite: «Es más una sensación que un hecho». Sin embargo, los síntomas son claramente reconocibles para él. Las actuaciones internacionales suelen quedar por debajo de las expectativas. «No hay casi ninguna región en la que se vean los nervios tan a menudo como en la región DACH. Y eso también afecta a los importados».
Wild tiene ejemplos a mano: CGN y MOUZ en el primer torneo Ascension, así como los torneos Challengers de este año. «Tenemos que admitirlo: en realidad, solo por pura suerte hemos tenido un equipo DACH en Ascension. En realidad, no nos lo merecemos». FOKUS se clasificó con solo tres victorias internacionales y se coló por los pelos en la lucha por el ascenso.
Lo que la región DACH hace bien a pesar de todo
A pesar de su mediocridad deportiva en la escena internacional, la escena DACH sigue siendo un caso especial, y quizás precisamente por eso es tan emocionante. No por las cámaras obligatorias para los jugadores, bromea Wild, sino por algo que no se puede describir con números: la cercanía.
Los numerosos eventos offline «tuvieron una buena acogida por parte de todos: patrocinadores, jugadores, organizadores y aficionados», explica el comentarista, señalando así lo que hace especial a la escena local. «Ninguna otra región ha tenido tantos eventos offline como nosotros. Esto es algo que DACH seguirá haciendo el año que viene».
