El fútbol turco no encuentra la calma. El domingo por la tarde se tuvo que interrumpir el partido entre el Galatasaray de Estambul y el Adana Demirspor debido a la frustración de los visitantes con el árbitro.
En los últimos tiempos, la liga turca ha tenido que lidiar una y otra vez con escándalos y partidos suspendidos. Entre otras cosas, un árbitro fue golpeado en la cara y, pocos días después, el presidente del Istanbulspor forzó la suspensión de un partido.
Algo similar ha vuelto a suceder en el Rams Park de Estambul. A las 17:00 horas, el Galatasaray recibía al Adana Demirspor, amenazado por el descenso. El líder de la clasificación tenía todo bajo control y se adelantó gracias al primer gol de Álvaro Morata con la camiseta del equipo local (12′).
Mertens se engancha a Güler
Pero entonces la situación se volvió caótica: Mertens entró con velocidad en el área, se enganchó deliberadamente en un duelo con Güler y luego cayó al suelo de forma teatral. El árbitro Oghuzan Cakir señaló el punto de penalti, para disgusto de los visitantes, que se sintieron tratados injustamente.
El Adana se retira
Como protesta contra la decisión, los jugadores del Adana abandonaron juntos el campo entre los sonoros abucheos de los aficionados del Galatasaray. Aún no está claro de quién partió la decisión. Lo que sí es seguro es que el farolillo rojo de la clasificación no volvió a salir de los vestuarios y el partido se suspendió con un 1-0 en el marcador.
El resultado del partido aún no está claro, pero seguramente será favorable al Galatasaray, que con los tres puntos distanciaría al Fenerbahce a seis puntos. El Demirspor, por su parte, se dirige hacia el descenso con solo ocho puntos.
