El Tottenham Hotspur ha perdido la oportunidad de ascender temporalmente al segundo puesto de la Premier League, pero al menos no ha perdido el partido en casa contra el colista, el Wolverhampton. Joao Palhinha, en una semana especial para él, consiguió el ansiado empate.
Las condiciones antes del partido no podían ser más diferentes: por un lado, los Spurs, que habían empezado con fuerza y ocupaban el tercer puesto con diez puntos, y por otro, el colista Wolverhampton, que aún no había sumado ningún punto. En consecuencia, los locales estaban dispuestos a imponer su juego al rival desde el principio. Sin embargo, solo lo consiguieron en parte.
Con el exjugador del Wolfsburgo Van de Ven, el cedido por el Bayern Joao Palhinha y el exjugador del Leipzig Xavi, los Spurs contaban con caras conocidas de la Bundesliga sobre el césped. La primera gran ocasión la creó Xavi: su centro encontró a Kudus, que remató de cabeza a bocajarro y ya se veía celebrando el gol. Sin embargo, el portero Johnstone realizó una parada increíble y desvió el balón al larguero (15′). Poco antes de que terminara la primera media hora, los aficionados también celebraron, pero el VAR anuló el gol de Kudus tras una bonita jugada con Bergvall (28′). El Wolverhampton tuvo su mejor ocasión de la primera parte segundos antes del descanso, cuando el exjugador del Tottenham Doherty estrelló un balón en el larguero tras un córner de Arias (45’+4).
Bueno mantiene la calma
Tras el descanso, solo tuvieron que pasar nueve minutos para que los visitantes pudieran celebrar y soñar con su primera victoria de la temporada: de nuevo fue Arias quien lanzó un córner muy peligroso al área pequeña. Bueno mantuvo la calma en medio del caos y empujó el balón al fondo de la red (54′).
El entrenador del Tottenham, Thomas Frank, fue introduciendo poco a poco fuerzas frescas, entre ellas, al final, el exjugador del Bayern Tel, pero no se produjo el gol decisivo. Cuando el partido parecía ya perdido, Sarr asistió a Joao Palhinha desde la izquierda del área. Y el portugués remató de forma espectacular al ángulo inferior derecho (90+4).
El estadio enloqueció, el goleador se quitó la camiseta y, segundos después, vio la tarjeta amarilla. Pero para el cedido por el Múnich también fue una semana especial: el miércoles pasado, en la victoria por 3-0 contra el Doncaster en la Copa de la Liga, ya había marcado un golazo de chilena. En total, fue su tercer gol en partido oficial con su nuevo club, en el que parece indispensable.
El entrenador Frank tampoco tendría nada en contra de que marcara otro gol el martes. Entonces visitará el Bodö/Glimt en la Liga de Campeones, antes de que el próximo sábado (13:30 h) le espere el difícil partido fuera de casa contra el recién ascendido Leeds United.
