Desde su fundación en 2014, DS Automobiles ha hecho del «espíritu vanguardista» su seña de identidad y utiliza el automovilismo como laboratorio tecnológico
Las carreras son una especie de acelerador del desarrollo: un entorno extremo en el que se pueden probar, perfeccionar y validar materiales, componentes y procesos en condiciones reales, que luego se incorporan, con las adaptaciones correspondientes, a los modelos de carretera de la marca.
Un ejemplo concreto es su participación en el Campeonato Mundial de Fórmula E de la FIA, que ya le ha valido a DS Automobiles cuatro títulos (dos de pilotos y dos de equipos) en diez temporadas. Un compromiso que va mucho más allá del aspecto publicitario y se convierte en un verdadero motor de desarrollo técnico, especialmente para los vehículos híbridos y eléctricos del fabricante francés.
Una clara conexión entre el circuito y la carretera
El compromiso de DS Automobiles con la Fórmula E va mucho más allá de una simple plataforma de marketing. Si bien refuerza los esfuerzos de comunicación global de la marca, también sirve como una prueba impresionante de la relevancia de sus innovaciones. En competición, las exigencias en cuanto a rendimiento, fiabilidad y gestión de la energía se llevan al límite y ningún simulador puede reproducir completamente la realidad. Un marco ideal para probar soluciones que también se aplicarán en la carretera.
El ejemplo más reciente de esta sinergia es el nuevo DS N°8, el buque insignia eléctrico de la marca, que recurre directamente a los conceptos y tecnologías desarrollados en el mundo de las carreras. Gracias a la avanzada integración del hardware y el software, esta berlina de líneas elegantes y aerodinámicas alcanza una autonomía récord de 750 kilómetros en el ciclo WLTP.
«Al renovar nuestro compromiso con la Fórmula E durante la última década, aprovechamos esta experiencia para seguir desarrollando nuestros modelos electrificados», explica Xavier Peugeot, director general de DS Automobiles. «Nuestro DS N°8 encarna esta visión con una autonomía excepcional que no habría sido posible sin los conocimientos adquiridos en los circuitos».
Tecnologías de vanguardia
El secreto de la autonomía del DS N°8 no solo reside en la capacidad de su batería o en su eficiencia aerodinámica, sino también en su avanzado sistema de frenada regenerativa, perfeccionado gracias a la experiencia adquirida en la Fórmula E. Este sistema captura la energía cinética durante la frenada y la devuelve a la batería en forma de carga, lo que aumenta considerablemente el número de kilómetros útiles.
En los monoplazas eléctricos, la recuperación de energía es fundamental: representa hasta el 30 % de la energía necesaria para completar una vuelta y, sin ella, los coches no podrían cruzar la línea de meta. Por lo tanto, su optimización es una de las prioridades tecnológicas de la competición, con repercusiones directas en la producción en serie.






