Desde hace aproximadamente un mes y medio, la única pregunta era cuándo se proclamaría campeón el Ajax. Sin embargo, tras un bache, todo vuelve a estar en el aire. El domingo pasado fue un símbolo de las emociones vividas en Ámsterdam.
Algunos seguidores del Ajax de Ámsterdam se habrían tomado libre el lunes para poder celebrar por todo lo alto el 37.º campeonato de su club. Pero «su día de campeones», que comenzó de forma prometedora, terminó en pesadilla.
Más de dos horas y media antes del inicio del partido en casa contra el Nijmegen, numerosos aficionados se congregaron en el Johan Cruijff ArenA. No porque quisieran llegar pronto al estadio, sino para ver el partido en grupo. Además de ganar, el Ajax necesitaba que su rival, el PSV Eindhoven, perdiera contra el Feyenoord para asegurarse el título antes de tiempo.
Desde el punto de vista del campeón récord, el partido comenzó como se esperaba: a los diez minutos, el archirrival del Ajax, el Rotterdam, ya ganaba 2-0, por lo que en Ámsterdam se desató la fiesta. Hacia las 14:42, dos horas antes del partido del Ajax, los aficionados corearon «¡Campeones, olé, olé!» y encendieron fuegos artificiales rojos. ¿Qué podía salir mal?
Con este marcador en Rotterdam, los jugadores entraron en el Johan Cruijff ArenA. «Entonces dijimos: concentraos en vosotros mismos, pensad en vuestro propio juego. Pero, claro, uno se entera», dijo Wout Weghorst.
Los jugadores del Ajax actúan con nerviosismo
Es probable que él y sus compañeros fueran informados durante su propia preparación de que el PSV había dado la vuelta al partido en el minuto nueve del tiempo añadido. Incluso si nadie del cuerpo técnico se lo hubiera comunicado, lo habrían adivinado por la reacción de los aficionados. Estos se mostraban visiblemente frustrados y conmocionados.
El miedo a perder el campeonato se reflejó en el campo a medida que pasaban los minutos. Así, el Ajax jugó con autoridad hasta aproximadamente la hora de juego, pero luego se vino abajo. «El fútbol también es un juego mental. Cuando el marcador estuvo 0-0 durante mucho tiempo, nos pusimos nerviosos. Corrimos cada vez más riesgos y, tras el primer gol del NEC, el campo se abrió cada vez más para ellos», explicó Jordan Henderson. El resultado: el Nijmegen marcó dos goles más.
La derrota dolió mucho, como se pudo ver en Weghorst. El veterano delantero de la Bundesliga luchaba por contener las lágrimas, como si el Ajax hubiera perdido el campeonato. «Me había imaginado este día de otra manera», explicó el jugador de 32 años.
Sin embargo, a pesar de tres partidos consecutivos sin ganar, que han reducido la ventaja de nueve a un punto, los «Hijos de Dios» todavía tienen todo en sus manos. No obstante, no pueden permitirse otro tropiezo contra el Groningen el miércoles y el Twente el domingo. Dado el miedo palpable que se respira, será una tarea difícil.
