Oliver Bearman habla sobre el estrés de los viajes al comienzo de la temporada y sobre cómo es no ser reconocido todavía en la calle
El ascenso de la Fórmula 2 a la Fórmula 1 supuso un estrés adicional para Oliver Bearman. Mientras que la serie para jóvenes talentos contó «solo» con 14 eventos el año pasado, el calendario de este año incluye diez fines de semana más.
Sobre todo, el inicio de la temporada, con cinco carreras en seis semanas, incluyendo viajes a Australia, Japón y Oriente Medio, ha agotado sus fuerzas. Para el piloto de Haas, este calendario es un arma de doble filo.
Por un lado, le ha venido bien tener tantas carreras, «porque he podido corregir inmediatamente los errores que he cometido», afirma. «El año pasado, no había nada peor para mí que tener una mala carrera en la que no podías sacar todo el potencial y luego tener que esperar dos o tres semanas para demostrar que podías hacerlo mejor».
Pero el estrés continuo también ha impedido que el inglés pudiera recargar energías y ha estado mucho tiempo lejos de casa. «Entre Australia y China, entre Baréin y Yeda, estuve viajando todo el tiempo. Entonces empieza a hacerse pesado, porque dos semanas lejos de casa se hacen largas», afirma.
«Estas triples citas son bastante duras. Me alegro de que no tengamos tantas, pero incluso una o dos ya son más que suficientes».
La temporada europea es mucho más fácil
A Bearman le ha afectado especialmente los viajes: «No estoy acostumbrado, todo era nuevo para mí. Probablemente aún no he descubierto cómo hacerlo lo menos estresante posible», afirma, pero cree que con el tiempo aprenderá a gestionar el jet lag y la energía.
Y ahora ya hemos llegado a una parte de la temporada en la que, aunque todavía hay muchas carreras, al menos ya no hay que recorrer largas distancias. «Cuando viajas a las carreras europeas el jueves por la mañana o incluso el miércoles por la noche, todo es un poco más fácil y menos agotador», afirma. «Por eso me alegro de haber dejado atrás los viajes más agotadores».
No obstante, Bearman debe destacar que, como piloto de Fórmula 1, está viviendo su sueño de conducir los coches más rápidos del mundo. «Es mi gran pasión», afirma entusiasmado, y también practica su afición fuera de la pista. Hace poco se instaló un nuevo simulador en casa. «Así que hace tiempo que no veo la luz del sol», dice riendo.
Bearman: En la calle nadie me reconoce
Además, el joven de 20 años también tiene la oportunidad de participar en otros eventos interesantes, como el estreno de la película de F1 en Nueva York. «Fue increíble», afirma entusiasmado.
«En la alfombra roja —que, por cierto, era gris— dije que esto no era exactamente lo que había decidido de niño, cuando quería ser piloto de F1. Pero no me quejo, porque ha sido una experiencia única que recordaré y apreciaré para siempre».
F1 en la cima del mundo.
Conquistando Nueva York para el estreno de ❤️F1 pic.twitter.com/0AugxE5pFB
— Fórmula 1 (@F1) 17 de junio de 2025
«Me hizo muy feliz poder compartirlo con mi novia», afirma. «Estas cosas son una locura, y es genial poder vivir experiencias así juntos».
Y, por ahora, el británico parece estar a salvo de los aspectos negativos de la vida en la Fórmula 1. A diferencia de superestrellas como Max Verstappen o Lewis Hamilton, puede disfrutar de su vida privada lo mejor posible. «Puedo salir a la calle con total normalidad, sin problemas», afirma. «Sinceramente, nadie me reconoce, y eso es maravilloso».
