Que el Real Oviedo esté en la final de la fase de ascenso se lo deben los asturianos a Santi Cazorla. Sobre un jugador de 40 años que ahora prefiere marcar goles con la izquierda en lugar de estar en una silla de ruedas.
Santi Cazorla es un tipo especial. Fue campeón de Europa en 2008 y 2012, y en 2016 estuvo a punto de perder la pierna derecha por complicaciones graves tras una lesión. El español, de solo 1,68 metros de altura, luchó por recuperarse, se convirtió en un jugador clave en su antiguo club, el Villarreal, y, tras tres años más en el Al-Sadd de Catar, decidió volver a su país natal.
Al Real Oviedo, equipo de la Segunda División española, donde todo había comenzado para él. Eso fue en agosto de 2023, cuando Cazorla ya tenía 38 años.
Gol decisivo contra el Almería
Y como el español siempre da sorpresas, en la entrevista también hace una pregunta. «¿Soy diestro o zurdo después de este disparo?», le preguntó sonriendo al presentador de Movistar. Justo antes, en el partido de vuelta de la semifinal de la fase de ascenso a la Primera División española, había marcado el 1-1 contra el UD Almería con un tiro libre. Un gol que, en última instancia, también abrió las puertas de la final y, con ello, de la Liga. El Oviedo había ganado el partido de ida por 2-1.
Cazorla respondió él mismo: «En realidad soy diestro, pero después de la lesión perdí la confianza en ese pie. Por eso me siento más cómodo con el izquierdo», explicó. El jugador, que ahora tiene 40 años, había entrado en el partido en el descanso y, cuatro minutos después, envió el balón al ángulo de la portería desde 18 metros.
El Oviedo se vino abajo: precisamente su ídolo se convirtió en la figura decisiva. «El gol es para la afición», dijo el regateador, que fue aclamado por los 30 000 aficionados tras el partido.
Cazorla gana 91 000 euros, porque menos no puede ser
Si logran el ascenso, para Cazorla sería «el broche de oro perfecto para mi carrera, esta gente se lo merece». Una buena frase, porque él mismo no gana prácticamente nada. «Jugaría gratis, pero no está permitido», aclaró a su regreso a su localidad natal, en Asturias, al norte de España. Por eso ahora juega por el salario mínimo de 91 000 euros al año y se ha asegurado que el diez por ciento de los ingresos de su camiseta se destinen a la cantera del club.
Oviedo le había hecho una oferta decente, pero Cazorla la rechazó. «Mi mujer me dijo: «No, tú no vas allí a ganar dinero, sino a divertirte, a dar y a ayudar»», contó. «Llamé a mi representante y le dije que no quería dinero». Esa misma noche firmó un contrato de un año, que se prorrogó un año más en el verano de 2024.
