Tras perder la final de la Europa League (0-1 contra el Tottenham Hotspur), el Manchester United se enfrenta a los escombros de una temporada catastrófica, lo que probablemente tendrá consecuencias para los empleados «normales».
«Nuestro club puede generar ingresos incluso sin la Champions League. Somos un club enorme con aficionados en todo el mundo, somos una gran marca», había declarado el entrenador Ruben Amorim antes de la final de la Europa League, sin saber aparentemente que los Red Devils no han obtenido beneficios desde 2018/19. El club tradicional ha registrado pérdidas durante cinco años consecutivos, lo que finalmente ha provocado cambios en la propiedad.
Aunque la familia Glazer sigue siendo la accionista mayoritaria, Sir Jim Ratcliffe entró en 2024 y no solo adquirió el 27,7 % de las acciones, sino que también impulsó numerosos cambios. Según The Athletic, el verano pasado se despidió a 250 empleados y, en febrero, se confirmó que se recortarán entre 150 y 200 puestos más como parte de las medidas de reducción de costes.
Reducción significativa de puestos de trabajo
Esto ya supone una reducción significativa de la plantilla, ya que en junio de 2023 el club contaba con 1112 empleados. Pero ahora la situación podría empeorar aún más para los empleados. Inmediatamente después de la derrota en la final de la Europa League, se supo que se suprimirán otros 200 puestos de trabajo.
Amargo: el United organizó el jueves una barbacoa para los empleados. Aún no está claro quiénes serán los afectados, pero se dice que serán los fisioterapeutas y los masajistas. Manchester había dejado en paz a estos departamentos para no perturbar al equipo en la recta final de la temporada. Otros empleados que no tienen relación directa con el equipo ya fueron informados a principios de mayo sobre los recortes de puestos previstos.
También habrá cambios en el departamento de ojeadores, incluso a nivel directivo. Sin embargo, aún está por ver qué pasará con los profesionales. El hecho es que Ratcliffe ya dijo en marzo que algunos jugadores «no eran lo suficientemente buenos y estaban sobrepagados». Por lo tanto, habrá cambios de personal, pero no en el banquillo. Al parecer, la salida del entrenador Ruben Amorim sigue sin estar sobre la mesa.
