En la carrera de regreso del recién formado equipo Landgraf, Lucas Auer logró su primer triunfo en el DTM en dos años: cómo el equipo AMG alcanzó tan rápidamente la forma ganadora
Antes de la temporada, las paradas en boxes se consideraban el talón de Aquiles del equipo Mercedes-AMG Landgraf, que regresaba al DTM tras un año de pausa con un equipo renovado. Pero, precisamente en la carrera de regreso, el equipo logró la parada más rápida del día en 6,350 segundos, lo que sentó las bases para la victoria de Lucas Auer en el duelo con Jordan Pepper en el Lamborghini de Grasser.
«La primera parada en boxes fue una locura», reconoce el propio Auer, que ha tenido que esperar 33 carreras o 931 días para conseguir su décima victoria. Según sus propias declaraciones, Auer incluso temía que los mecánicos, que llevan desde diciembre practicando paradas tres veces al día, se lesionaran durante los preparativos.
«Han entrenado muy duro», cuenta. «Estaba constantemente en el taller y una vez incluso les dije que no se exageraran: «Algún día algunos de vosotros os romperéis las manos»».
El equipo Landgraf, «muy prudente e inteligente»
Auer habla de «deporte de alto rendimiento» para los mecánicos durante las paradas. «Es muy duro para el cuerpo. Y están ahí todos los días, ya sea haciendo entrenamientos en seco o paradas en boxes en directo». Pero, por lo demás, el cambio de aires también le ha sentado bien al austriaco, que antes había competido durante cuatro años con el equipo Mercedes-AMG Winward.
«Landgraf se ha posicionado bien en todas las áreas que necesita un equipo de carreras, con gente experimentada», describe el piloto de 30 años su nuevo equipo, con el que hasta ahora solo ha trabajado en el circuito de Nürburgring-Nordschleife. «Se han asegurado de que haya armonía entre las personas. Y lo han conseguido».
Esto no es nada fácil, ya que «de vez en cuando hay personas que no encajan», explica Auer. En el DTM todos son ambiciosos, pero «también hay que pasarlo bien, divertirse». Los responsables de Landgraf han sido «muy prudentes y muy inteligentes» a la hora de formar el equipo, ya que desde el primer encuentro «se notó enseguida que había buena química».
Auer sobre el ingeniero de carreras: «Un tipo estupendo con unos conocimientos increíbles».
Lo mismo ocurre con la relación con su nuevo ingeniero de carreras, Marius Avemarg, que conoce muy bien el Mercedes-AMG GT3 y, según se dice, es un hombre de palabras claras. «Eso encaja con mi forma de ser», sonríe Auer. «Como tirolés, no te andas con rodeos, somos más bien directos. En eso nos parecemos».
Auer describe a Avemarg como «un tipo estupendo que aporta unos conocimientos técnicos y una calidad increíbles». Además, «se puede hablar de todo, nadie se siente atacado personalmente», afirma. «Esto se aplica a todo mi equipo, y así se puede trabajar».
El tirolés del neumático aporta sensación de hogar
Que Auer se sienta como en casa con Landgraf puede tener que ver también con su nuevo responsable de neumáticos. Johann Pfister, apodado «Johnny» en el equipo, es de Zillertal, como él. ««Hola, Luggi, ¿qué tal?», me saludó», cuenta Auer con una sonrisa, consciente de la importancia del papel que desempeña su compatriota.
Y es que en el DTM la presión de los neumáticos debe ser perfecta para que los Pirelli, que no están calefactados, alcancen la temperatura adecuada. «El tema de los neumáticos es extremadamente crítico. Él tiene mucha experiencia y es muy bueno, lo que supone una gran aportación», afirma Auer.
A pesar del buen ambiente en el equipo y de la perfecta preparación para el regreso del equipo al DTM, la victoria en la primera carrera también ha sido una sorpresa para el piloto. «No es fácil volver después de un año de pausa, porque el nivel del DTM es muy alto», afirma Auer, que disputará su décima temporada en el DTM en 2025.
«Estoy seguro de que tendremos nuestros altibajos, pero somos un grupo fuerte y seguro que saldremos con la cabeza alta», afirma Auer, convencido de que su equipo es resistente a las crisis. «Nuestro comienzo ha sido un sueño, algo que no se puede esperar. Pero se ve que todos tienen experiencia. Y cuando todos remamos en la misma dirección, podemos pisar a fondo».




