Las cosas van a toda velocidad en el FC Augsburgo: el jueves Elias Saad, el viernes la nueva dirección deportiva y este sábado Robin Fellhauer. El jugador de 27 años llega procedente del Elversberg gracias a una cláusula de rescisión.
Recientemente, Robin Fellhauer fue elegido mejor centrocampista defensivo de la 2.ª división en su clasificación. El jugador de 27 años no podrá defender este título, ya que ha firmado un contrato de cuatro años con el FC Augsburgo. Gracias a una cláusula de rescisión, el centrocampista, que era capitán del Elversberg, costará unos modestos 700 000 euros.
En el Elversberg, que estuvo a punto de ascender, Fellhauer era el corazón del equipo: impulsor, rápido y fuerte en los duelos, además de peligroso desde lejos, como demuestran los tres goles y las dos asistencias que ha marcado en la última vuelta.
A sus 27 años, Fellhauer quiere ahora aprovechar su oportunidad en la Bundesliga y ha dado preferencia al FC Augsburgo frente al 1. FC Köln y el Werder Bremen, que también estaban interesados. Allí podría ocupar el puesto de Frank Onyeka, que ha regresado al FC Brentford tras su cesión. Bajo la dirección de Jess Thorup, el FCA ha mostrado poca creatividad y peligro en ataque, algo que se espera que cambie con Fellhauer.
El proyecto Wagner arranca
Fellhauer es, tras el extremo Elias Saad, el segundo fichaje en tres días con potencial para ser titular. El objetivo del FCA es fichar calidad en lugar de cantidad para mejorar el equipo. Con estos emocionantes fichajes, se sientan las bases para que el proyecto con el entrenador Sandro Wagner comience el 7 de julio con la pretemporada.
Las negociaciones al respecto corresponderán quizá ya a Benjamin Weber, el nuevo director deportivo, que tomará posesión de su cargo a finales de julio. Por su parte, el responsable de la planificación de la plantilla, Marc Lettau, el director de desarrollo, Manuel Baum, y el coordinador del área de jugadores con licencia, Julian Baumgartlinger, comenzarán a desempeñar sus funciones la próxima semana. Sin duda, son tiempos de cambios en Augsburgo, pero también emocionantes.
