Lleva más de siete años y medio vistiendo la camiseta del Bayern. Tras pasar por Londres, Bremen y Hoffenheim, Múnich se ha convertido en su hogar. Si por Serge Gnabry fuera, esto seguiría siendo así más allá del verano. Para que así sea, se necesita constancia y una renuncia salarial. Los jefes están a la espera.
El martes por la noche, cuando el Bayern remontó el partido contra el Sporting de Lisboa tras ir perdiendo 0-1, Serge Gnabry (30) fue, junto al joven Lennart Karl, el mejor jugador del equipo muniqués. El versátil delantero está en buena forma y está continuando con su buena racha en el Bayern esta temporada. Quizás también porque está jugando para conseguir un nuevo contrato.
El contrato de Gnabry expira en verano. A él le gustaría quedarse en el FC Bayern, se siente muy a gusto en la capital, en el club, con sus compañeros y también con el entrenador Vincent Kompany. Tras pasar por fases difíciles, debidas entre otras cosas a las lesiones, acaba de recuperar su antiguo entusiasmo por el juego. Doce puntos en 19 partidos oficiales con el Bayern (incluida la Supercopa) son un buen rendimiento.
Los directivos quieren esperar debido a la inconsistencia de Gnabry
El delantero ya se reforzó en verano. Si el año pasado, 2025, se le consideraba candidato a la venta hasta finales de la primavera, los responsables deportivos del Múnich le eliminaron de la lista de posibles traspasos antes del Mundial de Clubes. En una conversación favorable para Gnabry, le explicaron sus perspectivas para la temporada, que ya cuenta con 13 jornadas. Fue una primera señal para él de que era querido y necesario. Al menos hasta el verano.
Aún no está claro qué pasará después. La directiva del club bávaro quiere tomarse su tiempo. Es muy posible que la decisión sobre el caso Gnabry se prolongue hasta marzo. Sus actuaciones en los últimos años han sido demasiado irregulares, según se dice en la oficina de la calle Säbener Straße. Esto significa que los jefes están básicamente satisfechos con sus actuaciones actuales, pero Gnabry sigue jugando a prueba.
El cuarteto del futuro está listo
Ahora que Lennart Karl, 13 años más joven, está a punto de consolidarse como un jugador importante, el equipo de Múnich cuenta, con el regreso de Jamal Musiala en Año Nuevo, con cinco profesionales para las tres posiciones detrás de Harry Kane (Nicolas Jackson se considera el sustituto del inglés). Ese sería probablemente el número adecuado. Y Gnabry, junto al cuarteto potencialmente fijo del futuro —Karl, Olise, Musiala y Díaz—, sería quizás el complemento ideal. Solo por el hecho de que puede jugar en todas las posiciones ofensivas; además, en caso de emergencia, podría asumir el papel de Jackson.
Se han mantenido las primeras conversaciones informales sobre su futuro, pero ahora, al igual que en el caso de Dayot Upamecano, aunque por otros motivos, la situación se encuentra en punto muerto. La directiva del club bávaro no ve ninguna urgencia en el caso de Gnabry por el momento. Se prevé reanudar las conversaciones en Año Nuevo, pero lo más probable es que no se concrete hasta febrero como muy pronto. Hasta entonces, Gnabry debe seguir rindiendo a un buen nivel.






