Cómo está viviendo Max Verstappen sus primeros días como padre en la Fórmula 1 y por qué Christian Horner preferiría vender a su bebé Lily por mucho dinero…
Max Verstappen está utilizando su smartphone mucho más de lo habitual. El cuatro veces campeón del mundo de Fórmula 1 no viajó hasta el Gran Premio de Miami hasta el jueves con su jet privado porque quería disfrutar al máximo de sus primeros días como padre con su novia Kelly Piquet, la hija de esta, Penelope, y su hija Lily.
«Ha sido estupendo poder pasar los últimos días en casa antes de venir aquí», afirma Verstappen (27). En Miami está «en contacto con mi novia todo el día. Me envía fotos y a veces hablamos por FaceTime. El tema está siempre presente. Ahora tenemos un miembro más en la familia».
El jefe del equipo, Christian Horner, destaca lo orgulloso que se muestra Verstappen este fin de semana: «Ser padre y dar la bienvenida al mundo a una preciosa niña es algo muy importante para él». Y Helmut Marko no puede evitar sonreír cuando dice: «Ha enseñado fotos de la pequeña con el perro, el gato y todo lo que hay por allí. Está feliz. Se nota».
Marko: ¡Como padre, Verstappen es aún más rápido!
Marko no teme que Verstappen vaya a pisar el freno mental por miedo a no poder volver algún día con su joven familia: «No hemos bajado tres décimas, sino que hemos ganado dos», afirma el asesor deportivo de Red Bull.
Horner asiente: «En cuanto se pone el casco y sale del pit lane, todo lo demás desaparece. Su capacidad para concentrarse y rendir al máximo es increíble». Verstappen también deja claro que los temores sobre su velocidad en la Fórmula 1 son «una tontería»: «Podemos descartar esa teoría», dice riendo tras conseguir la pole position en la clasificación.
«Hay suficientes pilotos que se han proclamado campeones del mundo en el pasado después de tener un hijo», dice Verstappen, pensando posiblemente en su propio suegro, Nelson Piquet, que ya era padre de tres hijos cuando se proclamó campeón de Fórmula 1 por tercera vez en 1987. Por cierto, la novia de Verstappen, Kelly, nació en 1988.
Es cierto, dice Verstappen, que Lily «acaba de nacer» y que hay que asegurarse de que «todo va bien. Pero eso no me ha frenado, evidentemente. No supone ninguna diferencia, no tiene ninguna influencia. Ya conozco a Penélope desde que tiene un año. Así que no es un shock para mi vida y no siento que ahora todo haya cambiado de repente. Por supuesto, eso ha ayudado».
Penelope es la hija de Kelly Piquet, cuyo padre es, por cierto, el piloto ruso Daniil Kwjat. Es una ironía de la historia que Kwjat fuera expulsado de Red Bull Racing en 2016 y sustituido por Verstappen, tanto en la pista como en su vida privada. Pero, a pesar de los antecedentes, Verstappen cuida con ternura de su hijastra, como pudieron observar por casualidad sus fans en algunas retransmisiones en directo de deportes electrónicos.
Su hijita Lily: los mejores genes de la Fórmula 1
Verstappen admite que ahora se levanta «un poco más temprano» cuando duerme en casa y ayuda a Kelly con el bebé «todo lo que puedo. Pero al principio, cuando son tan pequeños, es principalmente tarea de la madre». Por ahora, solo tiene intención de cambiar pañales «en caso de emergencia», sonríe la estrella de Red Bull, y añade: «Algún día también lo haré».
Quizás, en el fondo (y con un guiño), se alegra de estar en Miami, donde puede dormir tranquilo en su cómoda habitación de hotel. Pero Verstappen no puede negar que algo ha cambiado en su vida. Incluso su pulso en reposo es ahora más alto, revela, pero «en realidad, ya nada me saca de quicio».
«Cuando has alcanzado tus sueños en el deporte, es decir, cuando has ganado carreras y títulos, te relajas muchísimo. Incluso si tienes un mal día, ya no importa tanto. Lo que importa es cómo corriges las cosas, cómo las afrontas. Y eso es precisamente lo que te tranquiliza».
Christian Horner está seguro de que Verstappen «será un padre muy presente. Su vida ahora será diferente y cambiará pañales en mitad de la noche. Pero siempre tengo que recordar que los genes de este niño son increíbles, Verstappen y Piqué… Si Lily fuera un caballo de carreras, ¡valdría una fortuna!».
