El fútbol británico llora la muerte de John Robertson. El exjugador de la selección escocesa falleció a los 72 años.
«Con profundo dolor», el Nottingham Forest confirmó el jueves en un comunicado del club la muerte de Robertson, que habría celebrado su 73.º cumpleaños a mediados de enero. «Era una auténtica leyenda de nuestro club» y «nunca será olvidado por su incomparable talento, su modestia y su inquebrantable lealtad al Nottingham Forest», se lee en la página web del club de la Premier League.
Robertson, originario de Escocia, jugó ininterrumpidamente para los Tricky Trees entre 1970 y 1983 y marcó la época más exitosa de la historia del club. En 1977, el jugador ofensivo ascendió a la primera división con el Nottingham y, a continuación, logró la hazaña de ganar el campeonato como recién ascendido.
Gol de la victoria en la final contra el HSV de Zebec
En 1979 y 1980 siguieron dos sensacionales éxitos en la Copa de Europa. Robertson se hizo definitivamente inmortal en Nottingham en la final de 1980. Contra el Hamburgo SV, entrenado por Branko Zebec, el extremo marcó el gol decisivo para la victoria por 1-0.
Su entonces entrenador, Brian Clough, describió a Robertson como «el Picasso de nuestro juego». En 1983, tras 13 años en Nottingham, fichó por el Derby County durante dos años, antes de terminar finalmente su carrera en 1986 de nuevo en el Tricky Trees. En 2015, fue elegido el mejor jugador de la historia del club en una encuesta realizada por el Nottingham Post.
Entrenador asistente tras su carrera
Robertson disputó un total de 28 partidos internacionales con la selección escocesa y participó en las fases finales de los Mundiales de 1978 y 1982. Tras su carrera como jugador, Robertson pasó a la segunda línea y fue entrenador asistente de Martin O’Neill en varios clubes del fútbol profesional británico, entre ellos el Celtic de Glasgow y el Aston Villa.
«Nuestros pensamientos están con la familia de John, sus amigos y todos los que lo querían», escribe el Nottingham Forest en su comunicado. «Descansa en paz, Robbo… nuestro grande».
