Para la opinión pública, el hecho de que el sindicato francés de futbolistas UNFP se haya sumado al movimiento «Justice for Players» (JfP) es más bien una nota al margen. Sin embargo, esta medida aumenta enormemente la presión sobre las federaciones.
Precisamente en Francia, el grado de organización de los futbolistas profesionales es enormemente alto. Según sus propias declaraciones, la UNFP representa los intereses de más del 90 % de los futbolistas profesionales. «Nuestro principal objetivo es ofrecer a la FIFA una nueva oportunidad de sentarse a la mesa de negociaciones con los representantes de los jugadores para elaborar conjuntamente una nueva normativa que se ajuste a la legislación europea y establezca un equilibrio entre los intereses de los trabajadores y los de los empresarios», explicó su presidente, David Terrier, que en su día jugó, entre otros, en el FC Metz y el AC Ajaccio.
Diarra y el TJUE como trasfondo de la evolución
El trasfondo de esta evolución es la demanda ganada por Lassana Diarra contra la FIFA y el Lokomotiv de Moscú, después de que no pudiera firmar un contrato con el Sporting de Charleroi debido a una suspensión impuesta por la federación internacional. Un tribunal belga remitió el asunto al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que declaró que parte de las normas de transferencia de la FIFA no eran compatibles con la legislación de la UE.
A raíz de ello, la FIFA promulgó un reglamento modificado. Sin embargo, para lograr una estabilidad definitiva, es necesario entablar negociaciones concretas con los representantes de los jugadores, como el sindicato internacional Fifpro. Esta, sin embargo, también se encuentra en conflicto con la federación internacional en otros ámbitos: su filial europea, junto con la Liga Europea de Fútbol (EL), a la que también pertenece la Liga Alemana de Fútbol (DFL), ha presentado una queja contra la FIFA ante la Comisión Europea debido al calendario de partidos cada vez más apretado.
El motivo es la proliferación de diversas competiciones bajo la presidencia de Gianni Infantino, sobre todo la Copa Mundial de Clubes, que ahora cuenta con 32 equipos. El sindicato alemán de futbolistas VdV también ha presentado una denuncia ante la Comisión por «sobrecarga de los profesionales y canibalización de las competiciones».
Dupont ya dio un giro al fútbol en su día
Pero volvamos a la iniciativa de la JfP: Diarra reclama ahora 65 millones de euros en concepto de indemnización. Y cuenta con el apoyo del movimiento JfP, fundado en los Países Bajos. Según su propia descripción, este movimiento aboga por que los futbolistas profesionales tengan derecho a jugar en el club que elijan en el momento que elijan y a ser indemnizados por las pérdidas económicas que les hayan ocasionado las normas de traspaso.
El hecho de que el jurista belga Jean-Louis Dupont, que también representa a Diarra, apoye a JfP con su bufete «Dupont Hissel» no es la mejor señal para las federaciones. En su día, Dupont consiguió la sentencia Bosman, que ya dio un vuelco al mercado internacional de traspasos.
Actualmente, JfP está buscando adeptos entre profesionales, exprofesionales y agentes de jugadores para aumentar la presión sobre las federaciones y los clubes en preparación de una demanda colectiva. El hecho de que la UNFP se haya sumado a la iniciativa puede considerarse un éxito, dado su fuerte arraigo entre los futbolistas, ya que en muchos países el grado de organización de los futbolistas profesionales es, a diferencia de Francia, bastante alto.




