Fabio Quartararo sigue atrapado en el dilema de Yamaha: buenas clasificaciones, carreras decepcionantes. Tras Portimao, habla abiertamente sobre su frustración, el proceso de aprendizaje y sus límites
Tras el Gran Premio de Portimao, un Fabio Quartararo visiblemente decepcionado se lamenta por la difícil situación que sigue viviendo en Yamaha. El francés, que solo ha subido al podio una vez esta temporada, en Jerez, se muestra frustrado tras su sexto puesto, pero al mismo tiempo sereno.
«La sensación no es muy buena», admite Quartararo abiertamente. «Por supuesto, soy un piloto que quiere ganar y que cree que puede luchar por mucho más. Pero, lamentablemente, lo mejor que pudimos conseguir aquí fue el sexto puesto».
«Por supuesto, siento que mi potencial es mucho mayor. Pero hay que aceptar que nuestra moto sigue sin ser tan competitiva como las demás. Estamos trabajando duro para conseguir un mejor rendimiento».
Yamaha con poco agarre y rendimiento
Portugal siguió así el patrón de su temporada hasta ahora: buenas clasificaciones, pero en carrera le faltaron oportunidades para mantener la posición o incluso atacar.
Quartararo explica lo que más le molesta: «En algunos circuitos puedo apretar un poco más, pero básicamente siempre es lo mismo. Solo defiendo. Esto se debe a nuestro bajo agarre y a la falta de potencia del motor. En realidad, nunca somos capaces de atacar a nadie de verdad».
Sin embargo, el campeón del mundo de 2021 también ve un lado positivo: en los últimos años ha aprendido a lidiar mejor con este tipo de dificultades. «Antes, en 2021 o 2022, simplemente corría con los problemas sin gestionarlos adecuadamente», recuerda el piloto de Yamaha.
Quartararo: «Ahora soy mejor piloto»
«Ahora sé exactamente cuáles son mis problemas y, aun así, puedo superarlos o sortearlos. Estoy seguro de que hoy soy mejor piloto que antes».
A pesar de todo, la frustración sigue siendo grande: «Por supuesto, no es una sensación agradable saber que has dado el máximo y, aun así, no consigues avanzar». Pero Quartararo se esfuerza por ver el lado positivo: ha aprendido a mantener la calma en los momentos difíciles y a seguir trabajando duro. Queda por ver si esta paciencia y evolución se verán pronto recompensadas con mejores resultados. De cara al futuro, todas las esperanzas de Yamaha descansan en el nuevo motor V4.
