Del coche de carreras al Vaticano: el director de Ferrari, Elkann, regaló al papa León un volante original del coche de Fórmula 1 de Charles Leclerc
El papa León XIV recibió en una audiencia privada en el Vaticano un volante de Fórmula 1 que el piloto de Ferrari Charles Leclerc utilizó en una carrera. El presidente de Ferrari, John Elkann, le entregó el regalo, además de una maqueta del SF90 XX Stradale.
Un vídeo publicado por Rome Reports muestra a Elkann, acompañado por su esposa Donna Lavinia Borromeo, entregando el volante al Papa y explicando que se trata de una pieza original.
«Un volante… realmente usado», dijo Elkann mientras el Papa examinaba la pieza más de cerca. «Solo habría que conectarlo a un coche», añadió, señalando el sistema de cierre rápido de la parte trasera. «¿Así que es un volante real de un coche real?», preguntó el Papa. «Es real. Se ha utilizado de verdad», confirmó Elkann.
A continuación, le entregó la maqueta del Ferrari SF90 XX Stradale, un vehículo que posee Leclerc: «Para que le recuerde su pasión por la conducción», dijo Elkann.
El Vaticano ya tiene regalos de Ferrari
No está claro si los dos regalos se expondrán públicamente en el Vaticano tras esta reunión. Sin embargo, el Papa se mostró visiblemente encantado. Pero no es el único volante de Ferrari que hay en el Vaticano:
El volante del Ferrari que condujo Michael Schumacher en 2003 se puede ver en el Pabellón de Carruajes (Padiglione delle Carrozze). Lleva la inscripción: «Il volante della F1 Campione del Mondo a Sua Santita Benedetto XVI, pilota della cristianità» («El volante del campeón del mundo de F1 a Su Santidad Benedicto XVI, piloto de la cristiandad»). Fue entregado al papa Benedicto XVI el 6 de diciembre de 2005 por el entonces presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo. Además, Benedicto XVI recibió uno de los solo 400 Ferrari Enzo, que más tarde subastó y cuyos ingresos se destinaron a las víctimas del tsunami en el sudeste asiático.
El Papa muestra su coche al presidente de Ferrari
Tras la entrega, los participantes abandonaron el edificio, donde el Papa León mostró al presidente de Ferrari su Jeep, una marca que, al igual que Ferrari, pertenece al grupo Stellantis, presidido también por John Elkann.
