Momentos emocionantes en Mugello: Grosjean vuelve a pilotar en la Fórmula 1 y recibe la despedida que nunca tuvo.
Casi cinco años después de su dramático accidente con incendio en Baréin, Romain Grosjean volvió a la cabina de un bólido de Fórmula 1. En Mugello pudo probar el Haas VF-23 y vivió un día lleno de emociones. «Fue un día lluvioso, pero fantástico», dijo el piloto de 39 años.
La prueba se llevó a cabo en paralelo a las pruebas de desarrollo de Pirelli, acompañadas de lluvia. A pesar de ello, Grosjean disfrutó de su regreso: «Al principio estaba un poco oxidado, pero luego todo volvió a la normalidad. Incluso pude hacer una salida desde parado. Mi última salida fue en Baréin en 2020, pero esta vez me fue mucho mejor».
Junto a Grosjean, el expiloto de IndyCar James Hinchcliffe también se sentó en el Haas, que conducía un coche de F1 por primera vez para un reportaje televisivo. Para Grosjean, en cambio, fue un viaje al pasado con muchas caras conocidas de su etapa en Haas.
Reencuentro con viejos compañeros
El jefe del equipo, Ayao Komatsu, que siguió a Grosjean de Lotus a Haas en 2016, y Dominic Haines, su antiguo ingeniero de carreras, estuvieron presentes. «Fue una oportunidad única para reunirme con viejos amigos y conducir un coche de nueva generación. Simplemente fantástico, estoy muy agradecido», dijo Grosjean.
El momento más emotivo fue después de la última vuelta: «Al final me hicieron llorar. En mi vuelta de entrada, todos estaban allí —Ferrari, Red Bull, Pirelli, Haas— y aplaudían. Esperaba algo así en Abu Dabi en 2020. Pero hoy quizá ha sido incluso mejor», dice refiriéndose a su entonces prevista despedida de la F1.
Para Grosjean, que corrió para Haas de 2016 a 2020, fue una despedida tardía de la Fórmula 1. «Mugello es uno de mis circuitos favoritos. Todavía tengo en la cabeza los botones del volante, aunque han cambiado algunas cosas».
Un casco con un significado especial
Para su regreso, Grosjean utilizó un casco especial. Había sido diseñado en 2020 para su carrera de despedida prevista en Abu Dabi. «Cinco años después, sigue aquí, ahora con nuevas pegatinas. Los dibujos de mis hijos son muy divertidos. Estoy orgulloso de poder llevarlo por fin en Haas».
Los recuerdos del accidente de Baréin siguen presentes. Grosjean sobrevivió por los pelos, con quemaduras en las manos y las piernas. Después pasó a la serie IndyCar y más tarde al programa IMSA con Lamborghini. Sin embargo, en Mugello pudo volver a disfrutar de la Fórmula 1.
«La última vez que estuve en un coche de F1 no fue una experiencia agradable. Hoy ha sido todo lo contrario. He podido disfrutar de lo que estos coches son capaces de hacer», dijo aliviado. También dio las gracias a la dirección del equipo: «Gracias a Gene Haas y Ayao Komatsu por haberlo hecho posible».
