martes, octubre 7, 2025
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Vinales: «Fue mi mayor error, pero ahora soy más maduro que nunca».

Maverick Vinales habla con más franqueza que nunca sobre las oportunidades perdidas, la felicidad familiar y su nueva madurez. Con KTM tiene un objetivo claro: hacer historia.

Aunque Maverick Viñales no es actualmente el piloto de KTM mejor clasificado en la general, el piloto de Tech3 ya ha llamado la atención en varias ocasiones en las clasificaciones y en las carreras. En Mugello podría haber conseguido un podio si no hubiera sido arrollado.

Sin embargo, cuando se le pregunta si se siente como uno de los mejores pilotos de KTM, el español se muestra evasivo: «No estoy realmente centrado en si soy el mejor piloto o no».

«Sinceramente, lo que me importa es trabajar en mí mismo, ser el mejor Maverick que puedo ser sobre la moto. ¿Si soy el mejor? No lo sé, eso lo tienen que juzgar otros», subraya, y destaca el trato igualitario que recibe por parte de KTM.

«Creo que KTM da lo máximo a los cuatro pilotos. Eso es lo que he sentido desde el primer momento y no ha cambiado. Intentamos construir algo fuerte juntos. Tengo la sensación de que se analiza el feedback de todos los pilotos y se intenta sacar lo mejor para todos nosotros».

Viñales: la felicidad familiar le ha cambiado

Pero detrás del «nuevo» Viñales hay mucho más que su habilidad al volante: un desarrollo interior que él mismo describe como su mayor logro. En una entrevista con el diario deportivo español AS, queda claro lo mucho que su familia —su esposa Raquel y sus dos hijas, Nina y Blanca— ha influido en su forma de pensar.

«Tener una familia propia era mi sueño desde niño. Después de alcanzar este objetivo, he evolucionado mucho como persona, porque he aprendido valores que antes no conocía, como la paciencia y el amor incondicional. Eso me ha hecho más humilde, más inteligente y más fuerte mentalmente».

Esta madurez también se refleja en su comportamiento en la pista. Reaccionó con serenidad a la colisión con Franco Morbidelli en Mugello: «Tengo una regla: un enfado solo puede durar dos minutos. Después, se acabó».

La nueva actitud mental de Viñales no es casual. Trabaja activamente en sí mismo, lee libros sobre desarrollo personal, especialmente de Brian Tracy, y destaca: «La actitud lo es todo. Es la clave para todo lo que uno quiere conseguir».

A pesar de su paz interior, su motivación deportiva sigue intacta. Su objetivo es claro: convertirse en campeón del mundo de MotoGP. «Siento que puedo conseguirlo. No sé cómo ni dónde, pero estoy seguro de que es posible si lo doy todo».

No solo ve a KTM como un equipo, sino como un proyecto común con una fuerte cohesión: «Los pilotos tenemos que permanecer unidos: Pedro, Brad, Enea y yo. Si nos esforzamos juntos, podemos llevar a KTM a lo más alto. La fábrica ha puesto todos los medios a su alcance. Ahora nos toca a nosotros».

Viñales admite abiertamente que la KTM no es la moto más fácil en estos momentos. «La KTM es difícil. Exige precisión en cada metro. Un pequeño error al acelerar, un 10 % menos o un 20 % más, y pierdes. Pero si das en el clavo, vas muy rápido», analiza el español.

Su mayor error: rechazar la oferta de Ducati

Lo que le hace tan optimista a pesar de este reto es la conexión especial que tiene con el equipo: «La energía de KTM me encaja. Eso es muy importante para mí».

Se siente comprendido allí. No siempre fue así en el pasado. A mediados de la temporada 2021, se rompió la relación con Yamaha, donde Viñales tenía contrato desde 2017. «Con mi salida de Yamaha he perdido unos 17 millones de euros. Ocho millones al año, más primas», revela.

Y admite: «Ahora, con la madurez que tengo, creo que quizá podría haberlo conseguido allí». En ese momento ya podría haber corrido con Ducati. No cambiar de equipo fue su mayor error deportivo.

«En 2018 recibí una oferta del equipo oficial para 2019 y 2020, como compañero de Dovizioso. Estuve a punto de aceptarla», cuenta Viñales sobre las oportunidades perdidas, «pero mi entorno de entonces me convenció para que me quedara en Yamaha. Un error».

Sin embargo, el piloto de 30 años no mira atrás con rencor. Está orgulloso del camino que ha recorrido y convencido de que lo mejor está aún por llegar. Su objetivo personal es ser el primer piloto en ganar con cuatro marcas diferentes en MotoGP. Después de Suzuki, Yamaha y Aprilia, ahora le toca el turno a KTM.

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