Para Dimitrov, es ya el quinto Grand Slam consecutivo en el que tiene que abandonar.
Grigor Dimitrov no quiso hacer declaraciones. Tras su dramática lesión en los octavos de final de Wimbledon contra Jannik Sinner, el tenista búlgaro canceló todas sus actividades con los medios de comunicación para centrarse en el tratamiento de su músculo pectoral, aparentemente dañado. Sinner, número uno del mundo, que estuvo a punto de ganar el clásico torneo sobre hierba, tampoco quiso hablar mucho.
«Lo he dicho todo en la pista. Es una pena para él, ha jugado dos sets increíbles. No es así como se quiere terminar un partido», declaró Sinner. Según él, no volvió a hablar con Dimitrov después del partido. El búlgaro estaba siendo atendido por su equipo. «Somos buenos amigos, pero es duro en un momento así. No quería acercarme demasiado».
Michael Stich, ganador de Wimbledon en 1991, calificó anteriormente en Prime Video la retirada de Dimitrov como una «tragedia». El búlgaro de 34 años, número 21 del mundo, estaba en camino de dar la gran sorpresa el lunes por la noche cuando, con un 6-3, 7-5 y 2-2 en el marcador, tras un servicio (y un ace), se agarró repentinamente el pectoral derecho y cayó al suelo con el rostro desencajado por el dolor.
El icónico Roger Federer, presente en el palco real, también miró horrorizado. Dimitrov recibió asistencia médica en su silla, negó con la cabeza y desapareció en los túneles para solicitar un tiempo muerto médico. Poco después, el jugador de 34 años salió entre lágrimas y se retiró del partido. Sinner se clasificó así por cuarta vez consecutiva para los cuartos de final en Church Road. Para Dimitrov, es la continuación de una amarga racha.
El año pasado ya tuvo que abandonar en octavos de final de Wimbledon, entonces contra Daniil Medvedev. A esto le siguieron las retiradas por lesión en cuartos de final del US Open contra Frances Tiafoe, en primera ronda del Abierto de Australia contra Francesco Passaro y, más recientemente, en primera ronda del Abierto de Francia contra Ethan Quinn.




