Poco después del anuncio de Carlo Ancelotti como entrenador de la selección brasileña, un caso judicial ha ensombrecido a la asociación nacional. El presidente Ednaldo Rodrigues fue destituido el jueves
El lunes, Carlo Ancelotti fue nombrado nuevo entrenador de la selección brasileña. Pocos días después de su nombramiento, el actual entrenador del Real Madrid se enfrenta a un proceso judicial al frente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
Un tribunal del estado de Río de Janeiro decidió el jueves destituir a la junta directiva de la asociación brasileña encabezada por el presidente Ednaldo Rodrigues. El motivo es la invalidez de un acuerdo para la reelección de Rodrigues en marzo de 2025.
Según informó la agencia de noticias AFP tras revisar los documentos judiciales, el juez encargado, Gabriel de Oliveira Zefiro, dudó de que el firmante Antonio Carlos Nunes de Lima fuera mentalmente competente y supone que se trata de una falsificación.
Segundo sobreseimiento para Rodrigues
Fernando Sarney, uno de los vicepresidentes de la federación, fundada en 1914, asumirá el cargo de forma interina. El hombre de 69 años, que había pedido la destitución de Rodrigues, se pronunció a favor de celebrar nuevas elecciones «lo antes posible». Sarney anunció además que el compromiso de Carlo Ancelotti como entrenador de la Selecao no se veía afectado.
Para su predecesor, Rodrigues, se trata de la segunda destitución: el hombre de 71 años ya había sido suspendido temporalmente en 2023, también por irregularidades en su nombramiento como presidente en 2022. Sin embargo, el antiguo vicepresidente de la federación fue reinstaurado poco después por el Tribunal Supremo de Brasil tras las amenazas de sanciones por parte de la FIFA.
Rodrigues ya había sido objeto de críticas antes de las elecciones anticipadas de marzo de 2025. Con la antigua estrella de la selección nacional Ronaldo, se presentó por primera vez desde 1989 un candidato rival a la presidencia de la federación brasileña. Sin embargo, este retiró su candidatura poco antes de las elecciones debido a la falta de apoyo. El campeón del mundo de 2002 ya hablaba entonces de una «profunda crisis» por la que atravesaba el fútbol brasileño.
