En su duodécima temporada en la NBA, Dennis Schröder continúa su viaje por Norteamérica. Los Sacramento Kings son ya el décimo equipo para el que jugará el capitán de la selección alemana. Sin embargo, el jugador de 31 años deja claro que esta vez es diferente.
Diez equipos en doce años, siete de ellos en las últimas cinco temporadas. Si la carrera de Dennis Schröder en la NBA comenzó de forma tan estable y continuada en los Atlanta Hawks, ahora el jugador de Brunswick vive con las maletas hechas. Solo en la última temporada, Schröder jugó en tres equipos diferentes. Ahora, el jugador de 31 años ha dado el siguiente paso.
«Estoy muy, muy agradecido por esta oportunidad», declaró Schröder en la rueda de prensa de presentación con su nuevo equipo, los Sacramento Kings. El base acaba de firmar en la capital californiana un nuevo contrato de tres años por un valor estimado de 45 millones de dólares. Sin embargo, más que por el futuro asegurado en la mejor liga del mundo, parecía feliz por el reconocimiento que le había mostrado el director general Scott Perry: «Recibir este compromiso de una organización, de Scott, es algo que no había tenido en los últimos años».
No es de extrañar: en 2023, Schröder, entonces todavía en los Toronto Raptors, había firmado un contrato de dos años. Al final, durante ese tiempo vistió la camiseta de cuatro equipos diferentes. «Siempre me quedo con lo positivo», aclaró. «La temporada pasada estuve en tres equipos y tuve la oportunidad de conocer a Stephen Curry y Draymond Green. Luego, en Detroit, a Cade Cunningham y a todos los chicos».
«Patearles el culo a todos»: Schröder espera con ilusión su nuevo papel en los Kings
Ahora, Schröder, padre de tres hijos, espera que vuelva la tranquilidad a su vida cotidiana. Un requisito básico para ello: el éxito deportivo. El capitán de la selección alemana está convencido de que se dispone de todos los medios para ello. «Tenemos mucho talento. (…) Queremos salir ahí fuera y asegurarnos de patearles el culo a todos. Y eso es lo que vamos a hacer».
Al igual que en Detroit, Schröder asume un papel de liderazgo: «Si tengo que lanzar entre diez y quince veces en un partido porque el juego me lo pide, lo hago. Pero, aparte de eso, siempre intentaré dictar el juego, poner a mis compañeros en posición de brillar. Y lo más importante: ganar el partido».