El FC Bayern juega el sábado el derbi en Augsburgo. Y el entrenador Vincent Kompany prefiere advertir al rival.
Vincent Kompany aún tiene que superar el fin de semana y un lunes interminable, pero entonces, antes del próximo partido oficial del FC Bayern, quizá pueda volver a hablar exclusivamente de fútbol y dejar de lado los fichajes que quizá se produzcan o quizá no.
Aunque el entrenador siempre insiste en que él está ahí para alinear el equipo y no para ocuparse de todo lo demás, es evidente que también le interesa disponer de un equipo lo más sano y funcional posible, no solo en agosto, sino también en noviembre y enero.
Lo poco que puede pasar quedó patente el miércoles, precisamente en la Copa DFB, con un equipo de tercera división. Debido a que Luis Díaz y compañía desperdiciaron numerosas ocasiones de gol en Wiesbaden y volvieron a encajar goles muy fáciles, el equipo de Múnich se vio de repente en peligro de sufrir una humillación.
Y Kompany se vio obligado a hacer cambios en el banquillo, no para dar minutos a otros jóvenes como Jonah Kusi-Asare, sino para sustituir al resto del once titular con el fin de ganar de alguna manera. Lo que, gracias a Harry Kane, funcionó.
El sábado, en el primer partido fuera de casa de la temporada, volverán a ser titulares Konrad Laimer, Josip Stanisic y Manuel Neuer para arruinar el debut en casa de Sandro Wagner como entrenador del Augsburgo. Kompany considera «siempre fascinante» una «nueva incorporación a la Bundesliga», ya que él mismo lo fue hace un año. Por eso, el entrenador del Bayern está ansioso por conocer las «nuevas ideas» de su homólogo, los «nuevos retos para nosotros como cuerpo técnico y también para nosotros como equipo».
Estudia con «mucho interés» al FCA antes del pequeño derbi y el viernes tiene prevista otra sesión de vídeo con el equipo. Kompany aún no conoce personalmente a Wagner, pero «por supuesto, sabe lo que ha hecho en el pasado en el Unterhaching y también en la selección nacional». Y «al fin y al cabo, mañana lo importante son los jugadores».
Y se espera que estos jugadores tengan menos dificultades que el miércoles, aunque Kompany sabe que todos los rivales pueden estar un dos por ciento más motivados contra su equipo. «Siempre parto de la base de que ganar al Bayern es como ganar un título. La temporada pasada nos dimos cuenta de que eso tiene mucho valor para cualquier club».
Por supuesto, el belga no está preocupado por ello. «No hay que subestimar lo hambrientos que estamos y lo mucho que nos apetece este partido». En cuanto a calidad, el Bayern es superior a cualquier equipo de la Bundesliga, por lo que para el entrenador lo importante es siempre la base, es decir, la voluntad de luchar y correr, el trabajo duro. Y que sus jugadores superen sin problemas el umbral del dolor.