De la frustración del sábado a la alegría del domingo: Nico Hülkenberg consigue un sensacional quinto puesto en Barcelona gracias a las actualizaciones, a una buena elección de neumáticos y a una gran salida
Un domingo espectacular para Nico Hülkenberg: el piloto de Sauber se catapultó desde la decepcionante 16.ª posición de salida hasta un excelente quinto puesto en el Gran Premio de España, y eso en un circuito que tradicionalmente ofrece muy poco espacio para adelantar. Fue una carrera que se sintió como una liberación: «Un día muy conciliador», dijo Hülkenberg después de la carrera. «Sobre todo después del pésimo sábado».
El día anterior, el veterano piloto se había enfadado mucho. En la primera sesión de clasificación, cometió un error grave en el último sector. El error le costó dos décimas de segundo, lo que le supuso la eliminación en la Q1. Podría haber conseguido fácilmente el octavo puesto en esta fase. «Estaba enfadado, sobre todo conmigo mismo», admite Hülkenberg con sinceridad. «El timing fue catastrófico, precisamente en el sector que se supone que es mi punto fuerte».
Pero el domingo, la frustración se convirtió en puro impulso hacia adelante. Ya en la primera vuelta, Hülkenberg ganó varias posiciones, gracias también a un caos salvaje en las curvas uno y dos. «Un poco dinámico», comenta secamente sobre la escena. Hülkenberg salió indemne y aprovechó el caos para reestructurar su carrera: «El mal resultado de la clasificación quedó directamente borrado».
Un coche con nueva sustancia
A partir de ahí, todo salió a la perfección: las actualizaciones del Sauber funcionaron a la primera. Según Hülkenberg, la estabilidad del eje trasero y el comportamiento general del coche mejoraron notablemente. Ya el viernes había aumentado considerablemente la confianza en el coche. «Se puede confiar mucho más en el coche, ya no es tan agresivo», afirma. «Creo que realmente se debe a las actualizaciones, no a las características del circuito».
Al mismo tiempo, también influye la nueva directiva técnica de la FIA, conocida como «alerones flexibles». Mientras que otros equipos, como Williams, han tenido que sacrificar algo, Sauber no se ha visto afectado en gran medida. «Sinceramente, para nosotros no ha cambiado nada», afirma Hülkenberg. Puede que sea una ventaja pequeña, pero decisiva en un pelotón tan reñido.
La combinación de una actualización acertada y un coche nuevamente predecible colocó a Hülkenberg en una posición en la que finalmente pudo volver a luchar de tú a tú con la competencia del pelotón medio, algo que no había sido posible en las últimas carreras.
Suerte con el coche de seguridad y la baza de los neumáticos
El impulso definitivo para el sensacional resultado lo dio un coche de seguridad tardío: un fallo en el motor del joven piloto de Mercedes Andrea Kimi Antonelli volvió a juntar al pelotón. Hülkenberg aprovechó la oportunidad para un último cambio de neumáticos y aún tenía un as en la manga. Gracias a su temprana eliminación en la clasificación, aún disponía de varios juegos nuevos de neumáticos blandos. «Los neumáticos nuevos han sido hoy el billete dorado», afirma.
Y la jugada le salió bien: en las últimas vueltas, Hülkenberg no solo adelantó a Isack Hadjar, de Racing Bulls, sino también a Lewis Hamilton, de Ferrari, con neumáticos nuevos y una conducción decidida. «A veces es irónico cómo van las cosas», dijo el alemán riendo. «Ayer estaba completamente frustrado y hoy todo ha salido a la perfección».
Sin la retirada de Antonelli y la salida del coche de seguridad, probablemente «solo» habría alcanzado la novena posición, pero aun así habrían sido los primeros puntos desde el inicio de la temporada en Australia. Que al final incluso se colara en la quinta posición es una pequeña hazaña.
Un rayo de esperanza para Sauber
El resultado no solo supone un tardío pero claro éxito, sino también los primeros puntos en el Mundial desde Melbourne. Para el maltrecho equipo Sauber, que se encuentra en plena reestructuración, es un impulso muy necesario. «Creo que esto nos da más visibilidad», afirma Hülkenberg. «En la clasificación todo está muy reñido, pero esperamos poder volver a luchar en las carreras».
A pesar de la alegría, el alemán se muestra realista: «No podemos quedarnos quietos, nadie lo hace en la Fórmula 1. Necesitamos más». Pero una cosa está clara: en Barcelona, Sauber ha demostrado que un paquete de actualizaciones que funciona también puede dar sus frutos en la ultracompacta Fórmula 1.

