A los 37 años, Ivan Rakitic cuelga las botas. El croata puede estar orgulloso de una carrera excepcional, que ha desarrollado de una manera muy especial.
Cuando Ivan Rakitic anunció el lunes por la tarde en Instagram el final de su carrera, se dirigió directamente a quien le había permitido alcanzar los 17,2 millones de seguidores. Quien le había proporcionado tantos momentos felices, pero también algunos tristes. «Querido fútbol, has formado parte de mi vida desde el primer día», dice en su vídeo de despedida, antes de repasar su carrera. Desde sus inicios en los campos de fútbol de Möhlin, en el cantón suizo de Argovia, donde creció Rakitic. Hasta su última etapa en el Hajduk Split de Croacia, el país natal de sus padres.
Donde está Rakitic, hay celebración
Entre medias, Rakitic dejó una huella indeleble en Europa, sobre todo en España. El talentoso jugador, con su sonrisa pícara, no dejó tierra quemada a su paso.
Pero no es de extrañar, ya que allá donde iba Rakitic, le acompañaba el éxito. Con el FC Basilea ganó la liga suiza y la copa, antes de fichar por el Schalke 04 en 2007. «Era la primera vez que me alejaba de casa», dice en el vídeo de despedida. «He conocido nuevos retos y culturas». En 2011 ganó la Copa DFB con el Schalke y se marchó a España, al FC Sevilla.
¿O quizá se lo pensará mejor? Justo antes de firmar el contrato, cuando Rakitic ya se encontraba en Andalucía, recibió de repente una oferta muy tentadora de un gran club. Estaba sentado en un bar, donde le atendió una mujer llamada Raquel. «Le dije a mi hermano: «Me quedo aquí sin duda. Y quiero casarme con esta camarera»». En 2013 se casó con ella.
En lo deportivo, todo iba bien con el equipo rojiblanco: en 2014 ganó la Europa League con el Sevilla FC. «Me has vuelto a sorprender», dice Rakitic en su entrevista con Fußball. «Has hecho realidad un sueño». Se marchó al FC Barcelona.
Barcelona y una mancha
Fue su época de mayor éxito deportivo, que, además de numerosos trofeos, incluyó la Copa del Rey en el primer año tras la firma del contrato. El éxito parecía seguir a Rakitic a cada paso. «Hemos jugado la temporada perfecta de la Liga de Campeones»,
«Fútbol, me has dado más de lo que jamás hubiera soñado», dijo Rakitic. «Me has dado amigos, emociones, alegría y lágrimas». Sí, también lágrimas, porque la fabulosa carrera de Rakitic tiene una gran mancha. En el verano de 2018 se quedó sin la coronación al perder con la selección croata la final del Mundial contra Francia. ¿Acaso había abusado de la suerte?
Ni mucho menos. «Me has permitido volver a Sevilla y cerrar el círculo para dar las gracias», declaró Rakitic en su oda al fútbol. En 2023 volvió a levantar el trofeo de la Europa League, esta vez como capitán, el primer extranjero del Sevilla FC desde Diego Maradona.
Rakitic, el todoterreno
Tras una breve estancia en el Al-Shabab de Arabia Saudí y una etapa en el Hajduk Split, otro sueño de toda la vida de Ivan Rakitic, se acaba su carrera futbolística. Lo ha conseguido casi todo porque era capaz de casi todo. Tiros potentes desde lejos y pases precisos. Además, era fuerte en los duelos, pero no antideportivo, peligroso en el área, pero no egoísta. Tenía feeling con el balón, con el juego y con las personas que se cruzó en su camino. Fútbol, ¿qué más se puede pedir?
«Ahora es el momento de decir adiós», dice Rakitic al final. «Porque aunque te dejo, sé que nunca me abandonarás. Gracias, fútbol».
Es una pena que el fútbol nunca le responderá. Pero aunque a veces sea cruel, podemos estar bastante seguros de que Rakitic habría recibido al menos un «gracias».

